Nuestra Bodega

La calidad de la crianza es asegurada por el ambiente óptimo de nuestra bodega.

En la fermentación tradicional en barricas de roble francés, utilizamos levaduras 100% autóctonas. El proceso de maduración y las diferentes etapas de elaboración del vino antes del embotellado se controlan con precisión.

Con un mínimo de 12 meses en botella, nuestros vinos obtienen el punto de madurez idóneo y atributos únicos.

Los aromas a piedra y minerales se acentúan con finas notas a maderas nobles procedentes de este tipo de crianza, obteniendo un vino con carácter por su complejidad, que resiste mucho tiempo en botella, pudiéndose consumir en excelentes condiciones en los siguientes 15 años.